La filosofía de Agustín de Hipona es una garantía para la fe cristiana ya que, allá donde el pensamiento, cuando actúa la razón, no llega a comprender o se contradice con lo que dice la fe, el filósofo resuelve que es la fe la que contiene la verdad y que es la limitación del conocimiento humano el que no puede llegar a comprenderlo.
Desde la perspectiva que ofrecen los años, y aún los siglos, hoy se pueden poner objeciones al pensamiento de Agustín, por ejemplo en el hecho de que considere el mal un producto de la libertad humana. De esta manera se puede fácilmente concluir que la libertad es un mal para el hombre. Una afirmación que puede parecer algo aterradora. Sin embargo, es innegable su pasión por la verdad, su capacidad de innovación en el pensamiento imperante en su época, su optimismo vital y su fe en el hombre en medio de los conflictos en los que se vio inmerso. Actitudes que, incluso hoy, nos trasmite vivamente a través de sus obras.
Desde la perspectiva que ofrecen los años, y aún los siglos, hoy se pueden poner objeciones al pensamiento de Agustín, por ejemplo en el hecho de que considere el mal un producto de la libertad humana. De esta manera se puede fácilmente concluir que la libertad es un mal para el hombre. Una afirmación que puede parecer algo aterradora. Sin embargo, es innegable su pasión por la verdad, su capacidad de innovación en el pensamiento imperante en su época, su optimismo vital y su fe en el hombre en medio de los conflictos en los que se vio inmerso. Actitudes que, incluso hoy, nos trasmite vivamente a través de sus obras.
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